viernes, 20 de abril de 2007

Política con perspectiva

Acercarse a los medios de comunicación hoy en día, supone un ejercicio de riesgo que acaba casi siempre con indignación, independientemente de la ideología de cada uno. De hecho, este no es un fenómeno nuevo en nuestra democracia, desde las tensiones cainitas de la época de UCD, pasando por el "váyase señor González", hasta la "supuesta" rendición del estado actual. La política española sufre de sobreactuación, mucho más que en cualquier otro país de nuestro entorno. En estas situaciones es bueno tener una perspectiva adecuada para evaluar mejor las cosas, para eso nada mejor que escuchar a los extranjeros que visitan nuestros país y que tienen una visión menos contaminada que nosotros.
Hace tiempo leí en el periódico "El País" una entrevista a una inmigrante sudamericana, lo que más me llamó la atención fue el hecho de que los primeros meses de estancia en nuestro país, ella creía que todo el mundo estaba enfadado y la gritaba, pasado un tiempo se dio cuenta de que en realidad lo que ocurría es que esa era nuestra forma habitual de hablar y que a pesar de las apariencias, el volumen de nuestras conversaciones no reflejaba un estado de ánimo especialmente belicoso. Unido a esta experiencia, me resulta significativo otra impresión de otra inmigrante amiga mía, esta vez rusa. A ella una de las cosas que más le sorprendían de España es que cuando veía una discusión por la calle, a pesar de la virulencia de la misma, la discusión nunca acababa en pelea. He unido estas dos anécdotas porque me parecen muy significativas de nuestro carácter: España es un país que; probablemente por su historia, es capaz de soportar un nivel de crispación muy superior al que sería soportable en cualquier otro país y probablemente eso nos salva.
Si fuéramos capaces de ver las cosas con perspectiva, nos daríamos cuenta del inmenso cambio que ha sufrido este país y eso ha sucedido gracias a todos: partidos políticos, personas, asociaciones, instituciones,etc.... y darse cuenta de ese éxito colectivo sería una señal de madurez que espero que algún día alcancemos.
Todos los países tienen problemas y el nuestro no es una excepción, la diferencia es como se afrontan esos problemas y como intentan resolverse. España tiene una enfermedad moral llamada "ETA" una economía en desarrollo pero con graves desequilibrios, sobre todo en el tema de la productividad y el déficit exterior, una educación poco competitiva y autocomplaciente y un sector publico muy poco dinámico, pero esos problemas no parecen insalvables teniendo en cuenta de donde venimos y el camino que hemos sabido recorrer juntos. Nuestro mayor patrimonio es el optimismo y la capacidad de cambio que ha demostrado la sociedad en estos años, ¿seguirá siendo así?

No hay comentarios: